En la crónica, que forma parte del libro La eterna parranda (Aguilar, 2011), de Salcedo Ramos, el autor nos retrata a Victor Regino un boxeador que vivió más derrotas que victorias, ya que está muy viejo para pelear (37 años en ese entonces) y que lleva 13 años sin ponerse unos guantes. Aun así, consciente de que ganar es casi imposible decide volver a ponerse los guantes a sabiendas de que perderá, solo por ganarse cien mil pesos "con los cuales podrá restablecer mañana su pequeño taller de traperos".
Escribió salcedo en un par de sus párrafos….“Regino luce pensativo con el boletín de notas en la mano. Triste, quizá. Dice entonces que lamenta no haber estudiado y confiesa que, en sus tiempos de boxeador activo, jamás revisó un contrato delante de los empresarios, porque le daba vergüenza revelar su analfabetismo. Siempre pedía que le dejaran llevar el documento para su casa, con el pretexto de que debía analizarlo con mucho cuidado. Después, por supuesto, acudía a alguien que supiera leer.
Mientras emprendemos el camino de vuelta hacia su casa, Regino dice que su hija Yoeris ya está lo suficientemente advertida acerca de los problemas que genera la falta de educación.
—Yo le digo que no se quede bruta como yo, porque los brutos se mueren muy rápido.
En principio, la sentencia de Regino se me antoja exagerada. Cuando se lo manifiesto se encoge de hombros, calla, y sigue avanzando con su tranco corto a través de la trocha llena de guijarros. De repente se detiene en seco. En 1982 —dice, cabizbajo— su padre era mayordomo de una finca en Antioquia. En cierta ocasión, desesperado por una tos persistente que no lo dejaba dormir, se bebió a pico de botella medio frasco de pesticida, porque lo confundió con el expectorante de su patrón. Antes del amanecer, murió. Si su padre hubiera sabido leer —agrega Regino con la voz quebrada— a lo mejor estaría vivo todavía.
— ¿No le digo que los brutos se mueren rápido? —me pregunta con una expresión que parece a medio camino entre el sarcasmo y el abatimiento.”
Como muestra en estos párrafos el miedo de Regino es precisamente que su hija quede sin educación por eso acude a una mentira para ganar dinero, su mentira es precisamente decir que ha entrenado y tiene poca a edad ya que está un poco viejo para boxear, sabiendo que es poco posible que un empresario lo contrate. Se arriesga solo por conseguir unos pesos para montar su microempresa; no le preocupa ni su alimentación solo la educación de su hija de 15 años.
Una serie de sentimientos al leer esta crónica salen en nosotros, tristeza, remordimiento y alegría al ver como este hombre hace un esfuerzo por sacar a su hija adelante no importándole la situación ni las adversidades que se presente en su momento, mostrándonos una realidad.
El valor de esta crónica es muy importante y es una enseñanza de vida para todos. Saber que en medio de muchas dificultades siempre hay unos medios y un fin y el fin que todos queremos es la victoria, así como Victor Regino al verse apoyado por el público, emocionarse y luego perder pero sentirse que aunque tuvo una derrota no ha perdido la batalla, como para él y para muchos la batalla no es perder una pelea de boxeo si no la batalla de la vida y de ahí tener una victoria.
“El fin justifica los medios”
-NICOLAS MAQUIAVELO.
LENA GARCIA

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